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sábado, 19 de diciembre de 2015
Doce cuentos peregrinos
Ahora sé por qué:
“El esfuerzo de escribir un cuento corto es tan intenso como empezar una novela. Pues en el primer párrafo de una novela hay que definir todo: estructura, tono, estilo, ritmo y longitud, y a veces hasta el carácter de algún personaje. Lo demás es el placer de escribir, el más íntimo y solitario y si uno no se queda corrigiendo el libro por el resto de la vida es porque el mismo rigor de fierro que hace falta para empezarlo se impone para terminarlo. El cuento, en cambio, no tiene principio ni fin: fragua o no fragua .Y si no fragua, la experiencia propia y la ajena enseñan que en la mayoría de las veces es más saludable empezarlo de nuevo por otro camino, o tirarlo a la basura”.
Todo esto, y mucho más, el gran escritor colombiano Gabriel García Márquez dio a conocer en su libro “Doce cuentos peregrinos” publicado en 1992.
Este libro se escribió en el transcurso de dieciocho años, y como él mismo dijo: “Después de tanto andar del timbo al tambo peleando para sobrevivir a las perversidades de la incertidumbre". Ya que para que este libro llegue a tener doce cuentos en sí, tuvo que suceder de todo un poco en el trajín creativo del día a día del escritor.
La primera idea que se le ocurrió a Gabo ocurrió a principios de la década de los setenta, a propósito de un sueño que tuvo en Barcelona que tuvo cinco años antes de vivir en la misma. Soñó que él mismo asistía a su funeral , estaba caminando entre un grupo de amigos latinoamericanos vestidos de luto; llegado el momento de irse uno de ellos le dijo -con una severidad terminante- que él era el único que no podía irse. Terminado el sueño, llegó a la conclusión de que “morir es no estar nunca más con los amigos”. Por algún motivo, que el escritor afirma desconocer, pensó que era un buen punto de partida para escribir sobre las cosas extrañas que les suceden a los latinoamericanos en Europa.
Durante un par de años tomó notas, y así como jugando llegó a tener sesenta y cuatro temas anotados con tantos pormenores, que solo le faltaba escribirlos; luego, le entró una duda : si el libro debería ser un libro de cuentos o una novela. Hasta ese entonces había escrito tres libros de cuentos; sin embargo, ninguno de los tres estaba concebido y resuelto como un todo, sino que cada cuento era una pieza autónoma y ocasional. Finalmente, decidió que no sería una novela sino una colección de cuentos cortos; de modo que la aventura fascinante era lograr escribirlos todos con un mismo trazo, y con una unidad de tono y de estilo que los hiciera inseparables en la memoria del lector. Los dos primeros - “El rastro de tu sangre en la nieve “ y “El verano feliz de la señora Forbes “ – los escribió y publicó enseguida en suplementos literarios de varios países en el año de 1976 . Cuando quiso seguir por el tercer cuento – que era el de sus funerales – estando por la mitad, sintió que estaba cansándose más que si fuera una novela, lo dejó.
Así fue pasando el tiempo hasta que un día, mientras estaba en su escritorio, se dio cuenta que el cuaderno que estuvo ahí, encima, durante mucho tiempo ya no estaba… lo había perdido. Lo buscó fatigosamente sin llegar a encontrarlo. Concluyó que en un descuido casual – quien sabe cómo – terminó en el cesto de la basura. Decidió recuperarlos, así que en un trabajo tan arduo como escribirlo, logró reconstruir las notas de treinta de ellos. Eliminó, luego, los que les pareció insalvables, quedándose con dieciocho. Pronto perdió el entusiasmo de escribirlos sin pausa , pero esta vez no terminaron en la basura – con o sin intención – sino que los archivó.
Pasaron los años, y después de haber publicado cinco notas tomadas del cuaderno, volvió a cambiar de opinión: “Eran mejores para el cine “. Fue así como se hicieron cinco películas y un serial de televisión . El trabajo de prensa y de cine cambió ciertas ideas sobre los cuentos, haciendo que Márquez tuviese que separar, lo que había creado, de los aportes de los directores durante la escritura de los guiones. En poco más de un año, seis de los dieciocho temas se fueron al cesto de papeles, y entre ellos el de los funerales. Los doce restantes – son los doce de este libro- que al principio parecían estar listos para imprimir después de otros dos años de trabajo intermitente ; pero ,no , no lo estaba , ya que la Europa que Gabo había descrito era de memoria y casi veinte años antes de su cuando lo iba a publicar . Así que decidió emprender un viaje de reconocimiento por Barcelona, Ginebra, Roma y París. Ninguna de ellas tenía algo que ver con sus recuerdos, la Europa de 1992 estaba totalmente enrarecida a como él la recordaba .A su regreso, reescribió, con mucha flexibilidad, todos los cuentos – otra vez – desde el principio en tan solo ocho meses. Todos los cuentos, salvo los dos primeros, fueron terminados al mismo tiempo, y cada uno lleva la fecha en que lo empezó. Por último, el orden en el que están es el que el ganador del premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, tendía en su cuaderno de notas.
Bueno, eso ha sido todo, espero que les haya gustado y que se animen a leer este libro de Gabito que está muy bueno y estoy seguro que fascinará a los amantes de la gran literatura.
Escrito por Daniel Orellano Miranda.
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